INFANCIA


Invertir en infancia es invertir en calidad social

Me cuesta hablar de infancia en términos económicos, pero me alegra ver como cuidar la infancia, velar por crear un ambiente adecuado para su correcto desarrollo, con valores, afecto, atención y dedicación, es mucho más rentable que las políticas sociales necesarias para  paliar su ausencia. Este es el análisis que realiza el Premio Nobel de Economía James Heckman.


James Heckman es  profesor de Economía de la universidad de Chicago, donde dirige el Centro de Investigaciones Económicas y el Centro de Evaluación de Programas de la Harris School. Ha investigado sobre la rentabilidad económica de la inversión en atención y educación de la primera infancia (AEPI)En su opinión, invertir en las aptitudes socioculturales del niño -tales como la tenacidad, la motivación y confianza en sí mismo- genera más beneficio económico y social que el gasto en programas sociales o en infraestructura.
 Aquí recojo algunas ideas expresadas en la entrevista que aparece en http://www.unesco.org  :

>Las familias condicionan mucho los resultados que los niños alcanzarán al llegar a la edad adulta. La mitad de la  desigualdad en los ingresos recibidos a lo largo de la vida, se deben a factores que operan antes de alcanzar la mayoría de edad.

>Muchos problemas económicos y sociales como la delincuencia, los embarazos en adolescentes, el abandono escolar y las condiciones sanitarias negativas, guardan relación con los bajos niveles de competencias y aptitudes en la sociedad.


>La diferencia de capacidades entre los niños de familias acomodadas y los de familias desfavorecidas, aumenta desde la primera infancia. El contexto familiar de los párvulos influye en sus futuras capacidades cognitivas y socioemotivas. Estos aspectos se pueden mejorar si la sociedad interviene a tiempo y los resultados son altamente rentables.

>Las competencias generan competencias y la motivación produce motivación. Unas y otras se refuerzan mutuamente. Si un niño carece de motivación para aprender y emprender desde los primeros años, es muy probable que cuando llegue a la edad adulta fracase en la vida social y económica. Mientras más tarde la sociedad en intervenir en el ciclo vital de un niño desfavorecido, más costoso será luego remediar esa desventaja y sus consecuencias.


>La capacidad intelectual  condiciona poderosamente la obtención de buenos resultados socioeconómicos, pero  no determina por sí sola el éxito y ni siquiera es el factor decisivo en la materia. Hay  rasgos de carácter de índole socioemocional o no cognitiva,  como la personalidad, la salud, el equilibrio mental, la tenacidad, las preferencias en materia de horario, el temor al riesgo, la autoestima, el dominio de sí mismo, el gusto por el ocio, la meticulosidad y la motivación, que constituyen indicios poderosos del éxito socioeconómico futuro y que pueden influir en los resultados de la vida adulta por lo menos tanto como la capacidad cognitiva.

>El campo de la epigenética demuestra de qué manera la expresión de un gen está sujeta a la influencia del medio ambiente y cómo los efectos medioambientales sobre la expresión de dicho gen pueden llegar a ser hereditarios.

>Lo más determinante es la calidad del ambiente que los niños encuentran cuando vienen al mundo. Entre los grupos socioeconómicos existen diferencias sustanciales en cuanto al contexto familiar y los gastos destinados al cuidado y la educación de los pequeños.
Por otra parte, los matrimonios estables invierten mucho más en sus hijos que las familias monoparentales

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