martes, 11 de junio de 2013

Ética y autoconcepto

 Hace poco tiempo todos los telediarios recogían la escena protagonizada por un atleta español que, al final de una competición en la que participaba, corregía a un atleta de color. Este iba el primero y, a pocos metros de la meta, se equivocó de ruta hasta el punto de garantizar su derrota por nuestro protagonista, que reaccionó ayudándolo a corregir el error y dejándolo que ganara, cosa que habría ocurrido si no hubiera errado el camino.

En medio de un entorno plagado de noticias de corrupción, un comportamiento ejemplar y ético se convierte en noticia. Pero,  además, actuar de forma ética influye en nuestro autoconcepto de dos maneras: genera un juicio propio positivo  y genera un juicio estimulante de los demás hacia nosotros, que retroalimenta el juicio propio. Generamos credibilidad y confianza en nuestro entorno. Nos convertimos en una referencia para los que nos rodean. Es inevitable que generemos alguna envidia, críticas y dudas, pero la reacción general será siempre más positiva que negativa.

En el trabajo la ética es una cualidad que adorna al lider real, aunque quizás no lo sea formalmente.

Ser justos, honrados, compasivos,  respetuosos con los demás, saber reconocer y corregir errores,…con los hijos, con el cónyuge, con los compañeros, vecinos y amigos…, no surge de forma espontánea, hay que currárselo y cuesta. Pero son muchas las ventajas  que ya he  apuntado:

- Estar a gusto con nosotros mismos, gracias a un buen autoconcepto. Disfrutamos de un poquito más de felicidad.

- Los demás están a gusto con nosotros, en esta faceta de nuestro comportamiento. Esto refuerza nuestro autoconcepto y….somos un poquito más felices.

- Somos una referencia viva para los que nos rodean, un ejemplo a seguir,  …como dirían algunos, SOMOS CATALIZADORES del cambio en nuestro entorno .

- Ayudamos a que esta sociedad mejore.  Cómo dice María de la Válgoma “…Una acción individual puede desencadenar todo un movimiento colectivo”

Por todo lo anterior, sería interesante:

- Que los profesores incidieran más, de forma transversal o directa, en la formación ética de sus alumnos. Centrándose en contenidos universalmente aceptados: Justicia, honradez, compasión, humildad o perdón.

- Que los padres den ejemplo y eduquen a sus hijos en la ética. Quizás pueden incidir en un aspecto concreto cada mes. A título de ejemplo: no decir a los hijos que digan que no estamos cuando atienden una llamada telefónica incómoda,  ayudar en las tareas de casa, devolver algo que nos encontramos, avisar a un dependiente si se ha equivocado en la vuelta a nuestro favor, tratar bien a los más débiles en el trabajo, colegio, …etc. Ahhhh, y seleccionar los programas de televisión que se ven, en función de este criterio.

- Qué bueno sería que los medios de comunicación cambiasen la orientación de la mayor parte de sus mensajes, buscando un desequilibrio a favor de los comportamientos éticos,  en programas de diversión, en noticias…etc. Dirigir alguna carta al director de un periódico, radio, cadena de televisión, …en esta línea, de vez en cuando, es ejercer nuestros derechos ciudadanos.

Si actuamos de forma ética quizás  seamos más pobres, ganemos menos dinero y tengamos menos cosas, pero en el fondo todos buscamos la felicidad y el dinero sin ética machaca nuestra conciencia mientras dure la ecuación, aunque disfrutemos de una esplendorosa sonrisa externa.

José Antonio de la Hoz

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