martes, 12 de marzo de 2013

12 requisitos para inculcar buenos hábitos a los hijos


 

El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define la palabra hábito como un “Modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas”.

También se define al hombre como “Animal racional…”. Un alumno respondía esto en un examen y añadía “vaya mezcla más explosiva” porque, efectivamente, está en manos del hombre decidir que parte de la definición impera en su vida.

Los hábitos están inspirados por principios y valores que generan comportamientos más cercanos a la parte instintiva, impulsiva y sensorial del ser humano o a la parte racional e intelectual. La primera nos da un ser humano más preocupado de los deseos , del tener, de cómo nos apetece ser.  La segunda nos acerca más a cómo debemos ser, a la ética y a los valores.

Somos más hombres cuanto más desarrollamos la parte intelectual de nuestra naturaleza, que constituye nuestro signo distintivo del reino animal. Un problema reciente  de nuestro mundo actual  es que se usa la razón para justificar la deriva hacia principios y valores que terminan dándole más protagonismo a los instintos, con la socorrida justificación de la libertad y, paradojas de la vida, terminamos siendo más esclavos que nunca.

En una clasificación simple podemos hablar de hábitos positivos o negativos. Los primeros cuesta adquirirlos, necesitan de principios sólidos que apoyen el necesario esfuerzo para adquirirlos. No se consiguen de forma espontánea, exigen iniciativa personal y dedicación.   A modo de ejemplo, ser estudioso necesita de un esfuerzo continuado durante mucho tiempo, empujados en su inicio por el ejemplo y la exigencia de nuestros padres. Los hábitos negativos son más fáciles de adquirir, ya que basta con dejarse llevar por los instintos. Ser un comilón no exige un especial esfuerzo, basta con comer siempre que tenemos gana y de todo lo que nos apetece. Se empieza a ser infiel a la pareja cuando respondemos siempre a cualquier invitación del instinto sexual desde que este aparece. Se es perezoso cuando no se hace lo mínimo de forma repetida.

Los hábitos positivos se adquieren por repetición de actos, exigen fuerza de voluntad, ejemplo, apoyo y tiempo, la educación es un plato que se cocina lento. Se adquieren más fácilmente si se cultivan desde la infancia.

Educar hábitos positivos exige de los padres, profesores o educadores  varios requisitos:

1.       Apoyarse en grandes valores y cultivar el hábito que exigen (coherencia).

2.       Mantener la exigencia en el tiempo (constancia).

3.       Comprender y motivar al niño cuando fracase. Aplicar punto 2

4.       Reconocer  y elogiar los avances.

5.       Hacer los hábitos atractivos.

6.       Querer a los niños con sus limitaciones, sin dejar de aplicar el punto 2. Mucho más si se trata de los hijos.

7.       Insistir más en el esfuerzo que en los resultados, sin dejarse engañar.

8.       Formarse sobre los hábitos a cultivar en cada edad (ver los enlaces de este blog)

9.       Si se trata de un hijo, consensuar periódicamente un plan de acción con el otro cónyuge. Si es un alumno, consensuar ese plan con los dos padres.

10.   Favorecer una voluntad fuerte en el niño/a desde pequeños. La necesitará para conseguir hábitos positivos

11.   Que tengan como última meta favorecer un modelo de  persona libre, ética  y autónoma, capaz de conocer y desarrollar todas sus capacidades.

12.    Buscar sinceramente el bien del hijo, alumno… y no el éxito personal.

José Antonio de la Hoz
Profesor y orientador

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