sábado, 10 de noviembre de 2012

Los sentidos del bebé. Embarazo y primeros meses


Quería escribir sobre el aprendizaje del niño/a durante el embarazo y  los primeros meses de vida, dedicando unas horas a  leer documentos interesantes y a contrastarlos con padres. He de reconocer que han terminado tocándome la sensibilidad, porque me han transportado al mundo ingenuo, tierno  e indefenso del bebe. Dicho esto y, haciendo un esfuerzo por no entrar en otros temas, algunos de ellos no exentos de polémica, entramos en materia.

Nuestro futuro hijo comienza el contacto con el exterior a partir del 5º mes, pues es en este momento cuando desarrolla el sentido del oído. Lo primero que oye es el latido del corazón de la madre, pero también su voz con sus distintas entonaciones y emociones. Por este motivo una vez nacido, cuando  echa a llorar es más fácil que lo calme una voz de mujer, empezando por la   de la madre, la abuela, la tía, etc

Cuando emitimos la voz  expulsamos aire que pasa por nuestro interior (faringe, cavidad nasal, boca, caja craneal y columna vertebral a nivel del intestino). Nuestro hijo oye estas resonancias desde el interior. Por eso el bebe se mueve ante el estímulo de la voz de la madre.

Cuando nace todos los sonidos se perciben de forma distinta, extraña y le generan ansiedad, por eso  oír la voz de la madre es como retornar al mundo tranquilo del periodo de gestación, en el que ha estado inmerso durante aproximadamente  9 meses. También por este motivo, algunas veces el niño deja de mamar cuando oye la voz de la madre y dirige la mirada hacia ella.

Para evitar que la voz del padre sea un ruido extraño es bueno que este hable al niño/a acercando su boca al vientre de la madre, durante la gestación. De esta forma el vínculo sonoro con él será similar al que establece con la madre. No obstante, la voz de la madre tendrá siempre una influencia mucho más contundente y no solo durante el embarazo. Tendrá una magia especial durante toda la vida.

Con la vista ocurre algo distinto. Se desarrolla a lo largo de los 6 a 8 primeros meses de vida. Cuando nace esta preparado físicamente para ver, pero su cerebro no está lo suficientemente desarrollado para procesar la información. No ve con claridad más allá de los 20 a 40 centímetros. Distingue la cara de la madre cuando le da de mamar, pero más allá solo ve luz y contrastes fuertes.

El primer mes aprenderá a mover los dos ojos al unísono, por tanto no hay que preocuparse si vemos irregularidades en este sentido, salvo que estas sean permanentes. A partir del segundo mes comienza a distinguir colores, mostrando preferencia por los primarios y brillantes; podemos ayudarle mostrándole fotos, dibujos, libros, juguetes… Desde el cuarto mes comienza a desarrollar la percepción en profundidad, siendo el momento de localizar los objetos y extender la mano para cogerlos. Es el momento de acercarle objetos fáciles para agarrarlos. En torno al quinto mes  tiene más capacidad para fijarse en objetos más pequeños y reconocer cosas antes vistas, por ello le gusta jugar al está – no está, cuando tapas y destapas tu cara con las manos. También distingue entre colores similares. En el octavo mes tiene el color de ojos casi definitivo, y ve con la claridad y profundidad de un adulto, aunque muestre preferencia por los objetos cercanos. Reconoce objetos y personas al fondo de la habitación.

El sentido del gusto y del olfato están muy ligados, ya que a partir del cuarto mes de embarazo capta mediante el gusto los “olores” del líquido amniótico. La comunicación hormonal con la madre permite que experimenten sensaciones parecidas referidas al olor. Al nacer el bebe elude los olores fuertes y artificiales, por ello es bueno que la madre evite llevar perfumes fuertes, así como el uso de ambientadores en la casa y en su habitación, para evitar el llanto. Muestra preferencia por el olor de la leche, parecido al del líquido amniótico, y a los olores suaves, como el de las flores, bollos, miel o vainilla. La colonia debe ser la propia del bebe, sin alcohol y puesta sobre la ropa lejos de la boca par evitar que la lama. Pero el olor preferido es el de la madre, que le tranquiliza y le da seguridad. Por este motivo la matrona coloca al bebe sobre el pecho de la madre, después del esfuerzo traumático del parto.

El tacto es el primer sentido que desarrolla el bebe, ya en el interior de la madre. Se mueve  y reacciona cuando le roza la pared del vientre de la madre. Una vez nacido, el contacto con la madre y el padre le ayuda a estrechar vínculos. El masaje con una crema adecuada después del baño, en las palmas de las manos y de los pies y en el resto del cuerpo, le ayudan a madurar su sistema nervioso y a relajarlo. La ropa de lana y algodón le proporcionan sensaciones agradables.


José Antonio de la Hoz

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