viernes, 30 de noviembre de 2012

Internet: mis hijos los educan otros



Hace un tiempo estaba de visita en casa de un amigo y contemplé la siguiente escena: el ordenador de la casa estaba en la sala de estar y era usado por dos de sus hijos, uno de 16 años y el otro con cuatro. El mayor me comentaba con cierto asombro que su hermano pequeño dominada varios automatismos de programas y juegos, cosa que pude comprobar de cerca. Estaba claro que las nuevas generaciones venían “con un ordenador debajo del brazo” y conocían mejor sus posibilidades que los progenitores. Antes los padres controlaban qué hacíamos en la calle, con quién estábamos y a qué hora volvíamos. Hoy los hijos pueden estar con quienes quieran a través de Internet y, en algunas casas, hasta la hora que deseen.
No cabe duda de que la relación de nuestros hijos con la red deja huella, si  no hay educación en esta materia y formación por parte de los padres para poder ejercer un control periódico. Como dicen algunos notables de forma unánime, “los hijos son responsabilidad de los padres, pero son muchos los que pretenden educarlos”. También se puede cometer delitos pulsando una tecla del móvil o del ordenador, y muchos adolescentes no lo saben.
Un conocido estudio sobre el uso de Internet señala que los jóvenes entre 12 y 33 años, ven por Internet los siguientes contenidos:

·         Vídeos on line: el 80%

·         Redes sociales:  83% de los “veinteañeros” y el 73% de los adolescentes

·         Mensajería instantánea:  en torno al 66% de adolescentes

·         Juegos: los usan el 78% de los adolescentes. Muy populares y adictivos

·         Otros datos:

o   En España existen más de 56 millones de móviles

o   Más de 10 millones de personas usan WhastApp

o   Desde cualquier ordenador con conexión a Internet se puede acceder a contenidos pornográficos, racistas, violentos….indeseados

Tiempo después invitaba a un profesor de la Facultad de Informática de la Universidad de Granada, para que le explicase a los miembros de varias Asociaciones de Padres los mecanismos de funcionamiento de Internet, una herramienta educativa muy eficaz si es bien usada,  pero también una ventana abierta a lo bueno y malo del mundo, que puede marcar de por vida a tu hijo/a si hace un uso poco prudente de ella.
He tenido el privilegio de gestionar y  oír, durante varios años, algunas de las conferencias que impartía el Juez de Menores Emilio Calatayud, en las que aconsejaba a los padres “tener cuidado con el uso que hacen sus hijos de ordenadores y móviles con acceso a Internet. Insistía en la conveniencia de que el ordenador de casa estuviese en una “zona pública” de la misma, como la sala de estar, y en el cuarto del hijo/a “un ordenador tonto”, sin acceso a Internet. También recomendaba retrasar lo máximo posible la compra del móvil  y que se regalen sin  acceso a Internet. Por su Juzgado, y por otros de España, han pasado asuntos relacionados con este tema de lo más escabroso y dañino para el niño/a que lo padece. Desde pederastas que chantajean a niños y niñas a cambio de imágenes de ellos desnudos/as, hasta pruebas de amor entre adolescentes consistentes en poner a disposición del amado/a imágenes íntimas que luego acaban en móviles de compañeros, si no en la red.

La policía tiene una dilatada experiencia en la materia, porque persigue a diario delitos en la red. Sus consejos, a los que hago referencia literal a continuación,  están relacionados con los tipos de delitos con los que se encuentran y con la frecuencia de los mismos. No estaría mal colgarlos en un lugar visible cerca del ordenador (pongo en rojo mi comentario personal). Ahí van:
MEDIDAS A ADOPTAR POR LOS PADRES, RESPECTO DE SUS HIJOS
  • Hay que establecer unas reglas de uso y sus consecuencias (determinando cuándo y cómo se usa el ordenador).
  • Adaptar sus horarios escolares y de estudio a la utilización de ordenadores (en internet pueden encontrar soluciones a problemas de matemáticas, física, química, etc. En tiempo de estudio este debe ser su uso. Si no es así tiene que haber una consecuencia proporcionada).
  • Controlar los tiempos de uso (Es importante que duerman las horas necesarias, que hagan deporte, que cuiden los momentos familiares, que diversifiquen sus ratos de ocio…).
  • Enseñarles a no solicitar productos sin aprobación familiar (ofertas engañosas).
  • Ayudarles, en la medida de lo posible, a realizar sus trabajos, estudios, búsquedas, etc….
  • Comentarles los efectos perjudiciales y beneficiosos que causa a la intimidad al hacer uso de la red (las imágenes y datos personales vertidos a la red no se eliminan).
  • Hablarles de los peligros del chat, donde se pueden confundir, al "chatear", con supuestos amigos que no resultan tales, prestando especial atención a los contenidos sexuales.
  • Controlar las facturas telefónicas.
  • Establecer presupuestos para gastos en línea y supervisar que se cumplen.
  • Hacer comprobaciones periódicas sobre el uso que los hijos hacen del ordenador y, sobre todo, de la red (saber acceder a la memoria del ordenador).
  • Educar a los hijos sobre las consecuencias de romper las leyes.
  • Dedicar especial atención a los juegos que los hijos suelen recibir, intercambiar o copiar. No todos son divertidos, los hay peligrosos y violentos.
  • Intercambiar conocimientos con los hijos sobre novedades informáticas.
  • Animar a los adolescentes que muestran un determinado interés por la informática a compartir esos conocimientos con otros hermanos, familiares, amigos, etc.
  • Revisar los contenidos que puedan ser perjudiciales para su educación y desarrollo (temas pornográficos, violentos, racistas, etc.)
  • Usar proveedores solventes.
  • Valorar la posibilidad de instalar filtros y programas de control para acceso a determinadas actividades (permiten a los padres tener el control de acceso al ordenador o a determinados contenidos. Si no sabe cómo hacerlo puede pedir que se lo haga un amigo que sepa o un informático).
  • Consulte las páginas especializadas en medidas de seguridad.
MEDIDAS A ADOPTAR POR LOS HIJOS 
  • Avisar inmediatamente a los adultos, si aprecias contenidos que puedas considerar peligrosos o, simplemente, si los ves raros.
  • No des tus datos personales, si no estás seguro del destinatario o si consideras que no son necesarios.
  • No envíes tus fotos o las de tu familia ni cualquier información sobre ellos, sin autorización de tus padres.
  • No entres en páginas de contenidos no aptos para tu edad.
  • Si vas a tener encuentros físicos con alguien que has conocido en la red, consúltalo antes con tus padres o tutores.
  • No contestes a mensajes extraños; incluso a los que te adjuntan ficheros de los que desconoces su orígen, obviando abrirlos.
  • No accedas a zonas que solicitan dinero, números de tarjetas de crédito, inversiones, etc.
PRECAUCIONES SOBRE EL CORREO ELECTRÓNICO
  • No abrir mensajes de correo, de origen desconocido. Eliminarlo, directamente
  • No ejecutar ningún archivo adjunto que venga con mensajes sugerentes
  • Adopte las medidas necesarias cuando le ofrecen "regalos" sustanciosos y, para recibirlos, tiene que llamar por teléfono a prefijos 903/ 803/ 807/ 906 ( este último en algunos casos es un número de tarifación especial)
  • No facilitar la dirección electrónica con "demasiada" ligereza
  • Tenga activado, constantemente, un antivirus
  • Visite páginas especializadas sobre seguridad informática
  • Para que sus datos viajen seguros, envíe sus mensajes cifrados
CONSEJOS QUE AÑADO A LOS DE LA POLICIA
·        Debes tener el dominio de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) necesario para controlar los contenidos a los que  accede tu hijo.

·          Ve con él a alguna conferencia que hable sobre el mal uso de la red y las consecuencias.

·          Recuerda a tu hijo que hay mucha gente que falsea su personalidad en chats y redes sociales.

·          Coloca delante del ordenador un listado de cosas a evitar y actualízalo de vez en cuando.

·          Enseña a tu hijo a decir siempre la verdad.

·        Crea las condiciones necesarias para que tu hijo tenga una buena comunicación contigo. Para ello no lo abronques ni sermonees la primera vez que te cuente una “conducta inadecuada”

 

 

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