LA SESIÓN DE FORMACIÓN A PADRES. Mucha sustancia en poco tiempo
Glenn Doman, neuropediatra norteamericano experto en
aprendizaje temprano, afirmaba que al niño “hay que dejarlo con ganas de
aprender” y, para conseguirlo, aconsejaba que las sesiones de estimulación –
aprendizaje fuesen cortadas antes de que
lo pidiera el educando. Yo pienso lo mismo referido a los padres, QUE ADEMÁS
DISPONEN DE POCO TIEMPO, por que hay más probabilidad de que volvamos a un
sitio si nos fuimos satisfechos de él.
Aprendemos a través de los
sentidos y consumimos para cubrir necesidades, y los estímulos que recibimos
pueden ser placenteros o agotadores. Por eso, basándome en la experiencia
personal como gestor de más de 500 sesiones de formación dirigidas a padres, pienso que desean que estas cumplan los siguiente requisitos:
1. Las
conferencias mejor en jueves y en torno a las 6.30 de la tarde
2. Los
servicios de guardería ayudan a que asistan padres con hijos pequeños
3. ¿Dónde
dejan los abrigos, paraguas…etc.?
4. Si
se prevé poca asistencia mejor ocupar el aforo de delante a atrás
5. Mejor
ser puntuales en la hora de inicio,…si acaso podemos dar cinco minutos de
cortesía.
6. Es
bueno que haya un “moderador que modere” y presente al ponente en no más de dos minutos, incluyendo
una breve referencia a la parte de su curriculum que tenga relación con lo que
va a exponer y respecto a los méritos, hablar de los que le reporten más
prestigio e induzcan al oyente a prestarle más atención (ejemplo: fue consejero
de…, o presidente…, etc.)
7. Es
bueno explicar, al terminar la presentación, cuanto tiempo se va a dedicar al
apartado de preguntas y cumplirlo. Si el ponente va a promover la participación
de los asistentes, acordar con él la duración máxima de las intervenciones para comunicarlo en este momento.
8. Que
el ponente apoye su intervención con tecnología multimedia
(ejemplo: Power Point, visionado de trozos de película, etc). Que haga la
primera prueba antes de la sesión y que también lleve la intervención impresa,
para evitar los imprevistos de si funciona o no el cañón, el ordenador o vaya
usted a saber que imponderable. También
es conveniente:
a. Comprobar antes del comienzo que funciona el micrófono, si este fuese
necesario.
b. Determinar que luces se encienden y se apagan
durante la sesión, para que todo el mundo vea la pantalla con nitidez
9. Que
el tiempo total de intervención, incluido el turno de ruegos y preguntas, no supere
una hora: 5 minutos para explicar la estructura de
la intervención, 45 minutos para desarrollarla y otros diez para las preguntas.
Los más interesados que se acerquen a charlar con el ponente cuando termine, si
tiene tiempo. Si esto se cumpliese a
rajatabla la asistencia a conferencias se multiplicaría con total
seguridad.
10. Asistir
a una charla, conferencia, mesa redonda…, no está reñido con pasarlo bien y para
conseguirlo es bueno que:
a.
La
ponencia incluya algunas anécdotas reales, chistes y/o chascarrillos.
Recuerdo que animé a un joven psiquiatra a cambiar el título de una
conferencia, excesivamente técnico, por otro más atrayente (“El humor en la familia como motor de cambio”).
También cambió parte del contenido, metiendo gags, hechos reales, chistes, etc.
Después de cinco años le siguen pidiendo la misma conferencia que, en algunos sitios,
repite todos los años.
b.
El
ponente mejor en pie y en movimiento, que sentado y rígido. Los estímulos
cambiantes captan la atención
c.
Promover la participación controlada de
los asistentes, contando experiencias personales, pidiendo aclaraciones. Para
conseguirlo hay que crear un clima de confianza
d.
Hay que cuidar
los estímulos que los asistentes perciben por la vista, el oído, el tacto, el gusto y el
olfato. En concreto:
i.
Sala limpia y ordenada
ii.
Si hay multimedia que todos vean bien
iii.
Olores neutros y suaves
iv.
Asientos cómodos
v.
Temperatura adecuada
vi.
Volumen del micrófono adecuado
vii.
Pequeño aperitivo al final de la sesión…,
opcional
11. Que
el ponente transmita conocimientos y experiencias con claridad,
y esto implica lo siguiente:
a.
Que construya su mensaje con ideas fáciles de
entender y bien relacionadas una con otra
b.
Que ascienda en su exposición de lo más fácil a
lo más difícil
c.
Que no use un lenguaje técnico
d.
Que adapte el mensaje al público asistente. Por
ejemplo, asisten más las madres que los padres.
e.
Que introduzca controles de comprensión a lo
largo de la exposición tales como: preguntar si se va entendiendo lo dicho
hasta ese momento, dar pie a alguna pregunta o hacerla, etc.
Si los asistentes, madre o
padres, se van con la sensación de haber pasado un rato agradable, durante el
que han oído ideas y experiencia que les
ayudarán en la educación de sus hijos, han conocido a otros padres y,
fundamental, la sesión les ha parecido corta, es muy
probable que acudan a la próxima convocatoria.
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