martes, 13 de noviembre de 2012

Aprendizaje temprano. La importancia de los primeros años



LOS PRIMEROS OCHO AÑOS DE VIDA

Los primero ocho años de la vida de un niño son fundamentales para su desarrollo  a todos los niveles, pero centrándonos en su desarrollo intelectual, es el momento con mayor capacidad  de aprender. Aprenden más rápido cuando reciben cariño, atención, estímulos y se cuida su alimentación y  salud. Generalmente tienen un mejor rendimiento escolar los niños que se siente felices y cuentan con un entorno cultural adecuado, además de afrontar mejor los problemas que les va planteando la vida. Por el contrario, los niños que se quedan solos durante periodos prolongados de tiempo retrasan su desarrollo físico y mental.
MARÍA MONTESSORI

Uno de los precursores del aprendizaje temprano fue María Montessori, médico, antropóloga y psicóloga, que nació en 1870 en la provincia italiana de Ancona y falleció en Holanda, en 1952.  En 1906 decidió hacerse cargo durante el día, de 60 menores cuyos padres trabajaban, fundando la “Casa de los Niños”. Observó que los niños aprendían por si solos, sin la supervisión de adultos,  si tenían libertad y muchas opciones entre las que escoger. De la observación y el trabajo con los niños sacó, entre otras, las siguientes conclusiones:

·       Durante los primeros años de vida los niños/as tienen una enorme capacidad de aprender y el saber entra en su cabeza por el solo hecho de vivir.

·      En la vida del niño hay periodos sensibles en los que  pueden adquirir una habilidad con mucha facilidad. Estos periodos son pasajeros.

·      El niño necesita de un ambiente preparado para su autoaprendizaje, en el que desarrolla aspectos sociales, emocionales e intelectuales. Este ambiente se diseña siguiendo los principios de simplicidad, belleza y orden. Se trata de espacios luminosos y cálidos que incluyen lenguaje, plantas, arte, música y libros, distribuidos en áreas de trabajo en secuencia de menor a mayor dificultad, delimitadas por estanterías donde se colocan materiales de trabajo, previendo también zonas abiertas para que el niño puede trabajar en el suelo.

·      El papel del adulto es más el de un facilitador, observador,  que acompaña al niño en su proceso de aprendizaje.

LOS BITS DE INTELIGENCIA

Otro precursor del aprendizaje temprano es el norteamericano Glenn Doman, neuropediatra fundador del Instituto para el Logro del potencial Humano de Filadelfia que a principios de los 50 comenzó a trabajar con niños que padecían lesiones cerebrales graves, logrando importantes avances. Se preguntó que pasaría si aplicaba las experiencias recogidas a niños sanos y desarrolló un método de estimulación temprana basado en los llamados “bits de inteligencia”, que son unidades de información ofrecidas a los niños por medio de imágenes grandes, claras y bien definidas, que se enseñan en series de 10, tres veces al día, durante aproximadamente 5 minutos, mostrando cada una durante un segundo, acompañadas de información oral. Aviso de que esta es solo una característica de este procedimiento de estimulación  temprana, que es más complejo.

El método pretende que el niño aumente la capacidad de retención de información, estimular su inteligencia, aumentar su léxico, desarrollar su memoria visual y auditiva, y fomentar la curiosidad e interés por todos los campos del saber. Para conseguir estos objetivos utiliza una metodología muy estructurada que, a grandes rasgos, se basa en enseñar de forma rápida y en el momento oportuno en programas que abarcan el conocimiento enciclopédico, la lengua extranjera, la apreciación musical, el crecimiento social, el desarrollo físico básico y las matemáticas, entre otros. Siguiendo estos patrones, cuando tenga 6 años, el niño habrá aprendido: a entender el lenguaje oral, a leer el lenguaje escrito, a reconocer un objeto mediante el tacto, a caminar erguido en patrón cruzado, a hablar un lenguaje abstracto (simbólico y convencional) y a escribir este lenguaje.
ARGUMENTOS A FAVOR Y EN CONTRA

Los defensores de la estimulación temprana señalan que un niño cuando nace cuenta con el máximo de neuronas del que dispondrá, pero las neuronas solas no hacen nada. Lo verdaderamente importante son los circuitos neuronales que se van construyendo gracias a los estímulos sensoriales y al movimiento. El niño llega a su plenitud de desarrollo, si en estos primeros años   disfruta de oportunidades de aprendizaje y de  estímulos adecuados. También ocurre a la inversa, que el niño nunca saque el máximo provecho a su potencial si no se ha enfocado adecuadamente su aprendizaje en estos primeros años.

La realidad es que son muchas las guarderías, escuelas infantiles y centros de enseñanza que se apuntan a este modelo, pero también existen detractores que indican que el niño/a estimulado de forma precoz se aburre los primeros años de colegio y puede crear  y tener problemas. Personalmente conozco a algunos niños con padres que han apostado por este modelo y, sinceramente, son niños equilibrados, con buenos resultados académicos y una correcta socialización.

José Antonio de la Hoz





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